Hablar del estado de SER es hablar del estado más elevado de conciencia, pero en ocasiones verlo desde ese lugar puede actuar como un muro infranqueable: ¡¿cómo vamos a alcanzar algo tan grande?!, ¡no tenemos tiempo para eso!, y además no hemos nacido con las facultades necesarias, ¡buff, qué complicado!, sólo los que tienen el don para ello pueden aspirar a SER.

En muchas ocasiones ante la inmensidad nos achicamos y nos conformamos con lo que creemos que es más sencillo y con aquellos que puede saciar nuestras expectativas aunque vaya en contra de lo que somos en realidad. La verdad es que podemos elegir, y cuando lo que escogemos es acompañarnos a descubrir lo que significa ser lo que somos… ¡la gloria se instaura en nuestras vidas!. Y no porque nos sucedan cosas que esperamos sino porque al fin hemos comenzado el verdadero camino que nos corresponde. Vivirlo te trae las respuestas. Por ello… ¡pongámonos en marcha! ¡Es momento para ser!. ¿Y cómo lo hacemos?. Es sencillo, no necesitamos cambiar ni un ápice nuestro entorno ni lo que está sucediendo en nuestras vidas en este instante. No es preciso conquistar una galaxia o ser un ser extraordinario (cosa que ya somos por mero hecho de existir). Se trata de una acción muy gustosa y poco habitual: es el momento de soltar el deber del hacer para ocupar la butaca del estar.

Os invito a descubrir el oficio y a profundizar en el poder que trae el acto de ESTAR: estar con todo cuanto nos ocurre, estar con todo cuanto se despierta en nosotros ante lo que nos ocurre, estar con todos nuestros deseos, caprichos, necesidades, miedos, dudas, crisis, preguntas e incertidumbres, estar con nuestros aspectos más desoladores y más fascinantes… estar… aprender a estar en su nivel más profundo y verdadero. 

Cuando sentimos la repercusión del verdadero estado de estar comprendemos la trascendencia que conlleva así como su vínculo directo al estado esencial de ser.

Todo se simplifica si tú te simplificas.

Aprende, comprende y habita el estado de estar y descubrirás tu estado de ser.

¿Practicamos juntos?

Volver a nosotros es el sentido de nuestro camino… no confundamos el propósito por el que estamos aquí.

Será un regalo vivir esta experiencia a vuestro lado.